A diario son crecientes las dificultades que las nuevas empresas enfrentan para entrar en los cada vez más competitivos mercados de intercambio comercial. Dichas limitaciones pueden deberse tanto a la competencia en sí como a las probables limitaciones derivadas de sus intrínsecas realidades socio-económicas.
En virtud de ello y aún cuando existan esas probables limitaciones, es posible intervenir construyendo una especie de realidad dimensional para que la empresa pueda “jugar con ventaja” en su terreno de juego.
Esa intervención se basa en el uso de la Numerología para crear nombres adecuados para empresas y negocios, que originen códigos capaces de lograr dichas ventajas.
Existen una serie de variables a tomar en cuenta a la hora de analizar la situación de una empresa comercial existente o para planificar la creación de una nueva actividad.
Veamos a continuación los diferentes aspectos que pueden influir al respecto.
Índice del contenido del artículo:
Selección de un nombre comercial para tu empresa
Así como los nombres que un individuo usa representan la marca de su personalidad o de su propia imagen – pues en cada una de las letras integrantes del nombre se encuentran presentes todas sus potencialidades y también sus debilidades – lo mismo sucede con los nombres comerciales (de empresas, establecimientos, marcas, productos, eventos, sitios web, etc.).
El poder de un nombre como portador de un mensaje es tan efectivo cuanto el uso adecuado de una tonada musical o de un color específico en un logotipo o un cartel publicitario.
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Los nombres, más que etiquetas de identificación, son energías que emanan impresiones, imágenes e influencias asociadas a las características energéticas de su equivalencia numerológica, debido a que las letras que los componen activan en el inconsciente colectivo ciertas creencias capaces de manipular la realidad de las personas e interferir en sus comportamientos.
Cuando pronunciamos un nombre comercial, lanzamos al espacio una emanación que influye sobre los humanos y sus contextos, provocando reacciones asociadas a las tendencias del factor numerológico correspondiente.
Debido a ello, el uso adecuado de un nombre puede perfectamente marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso, afirmando o negando sutilmente las características que se pretendan destacar a través de su vocalización.
La importancia del nombre de una empresa o de una marca comercial es fundamental, pues no solo parece ser un adorno estético que puede llegar a evocar una imagen, un sentimiento o una impresión desde el punto de vista del lenguaje usado, sino que posee una invisible carga energética que tiene la propiedad de rechazar o de atraer oportunidades para el negocio propiamente dicho.
Es decir, el nombre de una empresa es un genuino generador de realidades, pues influye poderosamente en la eficacia de los dueños y empleados que están obligados a vivirlo, así como afecta inconscientemente la percepción que los consumidores puedan tener de dicha empresa.
El nombre representa la personalidad del negocio o la imagen que la empresa proyecta.
Por ello, cuando los nombres comerciales se hallan asociados a un patrón numerológico afín a los objetivos establecidos, se facilita la canalización de un flujo armonioso de sutiles y benéficas energías que atraen inconscientemente a los consumidores identificados intuitivamente con ese invisible patrón, produciéndose así una estable vitalidad comercial.
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Las personas que han decidido realizar una importante inversión comercial y necesitan disponer de un nombre adecuado para sus empresas o productos, no están dispuestas a perder tiempo ni dinero, sobre todo si el proceso de creación de la empresa puede llegar a involucrar importantes inversiones de planificación, investigación de mercado, diseño y construcción.
Si los probables inversionistas han decidido aportar importantes sumas en diferentes rubros para garantizar el éxito de la nueva empresa y necesitan generar una buena impresión al público desde el primer día que comiencen a operar su negocio, ¿por qué arriesgar y acabar poniéndole un nombre cualquiera?
¿Por qué no contratar a un profesional que lo haga eficientemente por ellos y no arriesgar a perderlo todo en poco tiempo?
En bueno comentar que un nombre adecuado para una empresa financiera no serviría para una empresa alimenticia, como el de la empresa alimenticia no funcionaría para el de una agencia de viajes.
¿Por qué?
Porque el nombre de la empresa financiera debe activar códigos de eficacia en asuntos meramente económicos, mientras que el de la empresa alimenticia debe saber atraer consumidores y activar su confianza en los productos servidos, así como el nombre de una agencia de viajes debe activar en el probable viajero la idea de procurar esparcimiento y recreación.
Cada caso es un caso y por eso, un nombre deberá poseer – al margen de los consabidos códigos propios del lenguaje – los adecuados valores numerológicos que conecten los objetivos perseguidos con las probabilidades de manifestación real.
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Un nombre adecuado propicia el surgimiento de todo tipo de situaciones que armonizan con los propósitos comerciales, ayudando también a que la empresa suministre servicios adecuados, venda productos exitosos, atraiga consumidores fieles, se rodee de colaboradores compenetrados con esa específica vibración y en síntesis, que crezca empresarial e institucionalmente.
Hagamos una pausa y veamos una lista de actividades vinculadas con comercio y público en general, donde sea necesario escoger un nombre:
- Crear una nueva marca o denominación comercial (alimentos, ropa, perfumes, artículos deportivos, juguetes, herramientas, etc.).
- Lanzar un nuevo producto.
- Publicar un periódico o una revista.
- Establecer una empresa de publicidad.
- Seleccionar el título de un libro, película, cadena de cines, espectáculo artístico o programa de TV.
- Fundar una agencia de viajes, cadena de hoteles, línea aérea o compañía transportadora.
- Consolidar una compañía constructora, de bienes raíces o una empresa minera.
- Constituir un bufete de abogados.
- Nombrar una institución educativa.
- Escoger el título de un proyecto científico, el nombre de un hospital, el de una fundación sin fines de lucro o el de una ONG.
- Registrar un dominio web o un perfil en redes sociales.
- Emprender una marca personal.
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Un nombre adecuado sería aquel que dote a la empresa de poderosos códigos capaces de desarrollar rasgos de eficacia y productividad en sus directivos y empleados y transmita visiones de competencia, confianza y prestigio a sus consumidores.
Si tuvieras que responsabilizarte por la creación de un nombre adecuado para las funciones que debiera realizar tu empresa, ¿procurarías garantizarte al máximo que su selección fuera la adecuada?
Si el nombre de tu empresa o actividad comercial estuviera alineado con un patrón energético diferente a los objetivos propuestos, ¿tú crees que eso le ayudaría a conquistar más fácilmente sus metas?
¿Si te convencieras de esto, escogerías un nombre comercial a través de la Numerología? ¿Tendrías el valor de romper viejos paradigmas y abrirte a experimentar algo novedoso y efectivo?
Si estás valorando dar este importante paso, te sugiero que le des un vistazo al servicio que ofrezco para la creación de nombres para cualquiera de los conceptos que reseñé con anterioridad.
La importancia de la fecha de constitución legal
(selección del momento más oportuno)
Crear una empresa es como equipar y reforzar un vehículo para diluir contratiempos y garantizar el mejor recorrido posible según las circunstancias que se deban enfrentar.
Al igual que la fecha de nacimiento para los seres humanos, la fecha en que se constituye o nace legalmente una empresa representa su nacimiento y caracteriza su misión, su objetivo o razón de ser, las funciones que cumplirá, las oportunidades que tendrá y los desafíos que enfrentará para lograr su cometido.
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En pocas palabras, la fecha de creación de una empresa podría ser la causante de que ella nazca con ciertos códigos no adecuados para su desarrollo, sobre todo si la fecha se escogió aleatoriamente.
Si una empresa es creada para un fin específico, pero es constituida (o se hace nacer) durante una fecha que no coincida con tal propósito, se estaría propiciando una situación adversa, puesto que los “estatutos energéticos” de su nacimiento estarían siempre opuestos y en conflicto con las pretensiones de sus creadores humanos (quienes siempre son propensos a llevar las de perder).
Por tanto, es esencial que haya una total integración numerológica entre los propósitos comerciales y la fecha de constitución legal, pero es más importante que exista una armoniosa concordancia entre la fecha de constitución de la empresa y su nombre.
Cuando se produce esta armonía, la empresa comercial podría poseer la capacidad para proyectar exactamente aquello que sus dueños desearon al momento de oficializarla.
Determinación de la ubicación física de la sede comercial
En principio, la selección de un lugar adecuado para montar una operación comercial debe estar de acuerdo con los propósitos del inversionista, el objeto de la inversión y el mejor momento para lograrlos.
Para tener éxito en una empresa comercial, no solo es necesario disponer de un buen nombre o un buen logotipo de identificación: es imprescindible seleccionar adecuadamente su emplazamiento físico, sobretodo si la empresa requiere la asidua visita de potenciales compradores.
Por tanto, es muy importante procurar una completa armonía entre la ubicación física y el propósito o misión comercial de la empresa, pues la probable incompatibilidad podría entorpecer el flujo de la vitalidad comercial.
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Casi todo el mundo conoce historias de algún local comercial aparentemente muy bien ubicado, donde diferentes empresarios fracasaron consecutivamente en varias líneas de negocios hasta que alguien “consiguió” dar con el filón acertado.
En la mayoría de los casos, suele haber una falta de armonía entre el espacio físico disponible y el patrón energético de uso (“para qué sirve este local”).
Una de las labores que un numerólogo puede realizar en este ámbito, es definir si la ubicación actual de una empresa comercial es cónsona con las actividades que esta realice (de no serlo, se recomendaría un cambio de emplazamiento) o de ser posible, aplicar correctivos para convertir en exitosa una dirección desastrosa (esto último dependería de las circunstancias).
El éxito es más factible de alcanzar cuando el ramo comercial escogido compagina con la ubicación urbana del negocio.
Creación o corrección de los datos del inmueble comercial
La idea de intervenir correctivamente sobre la dirección física de una empresa es para producir códigos que introduzcan un importante agregado positivo dentro del trabajo que pueda haberse realizado con los nombres y la fecha de creación de la empresa.
Una faceta relacionada con una posible intervención sobre los datos de localización urbana de un inmueble, es crear un nombre (para el local) que posea códigos generadores de aspectos comerciales auspiciosos para la empresa en cuestión.
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Por medio de esta acción – que sería recomendable poner en práctica desde el mismo inicio de la creación de la sede física de la empresa – es posible generar una dirección física con personalidad propia (esta técnica se puede aplicar también en el proceso de creación de nombres para viviendas de uso personal).
Las consultas específicas de esta índole no deben ser consideradas como casos aislados.
Para que un numerólogo profesional asesore a un empresario en una toma de decisiones como esta, es imprescindible que se realice a priori una completa evaluación de índole empresarial para saber si es favorable tomar una decisión tan importante como la antes citada y si ella está acorde con las posibilidades que la misión y los actuales ciclos de la empresa auspician.
El recuerdo de difíciles casos
A este respecto, en mi memoria conservo recuerdo de casos en los que – después de realizar un análisis preliminar – tuve que recomendar soluciones extremas para salir del atolladero en que tales empresas estaban sumergidas.
En algunas situaciones, cuando la fecha de constitución de la empresa era favorable a los propósitos de la misma, la solución (no tan laboriosa) pasó por realizar una modificación en el nombre del negocio.
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En otras, encontré que una fecha de constitución poco favorable era la causante de las difíciles situaciones en que la empresa transitaba. En estos casos, no había más opción que cerrar la empresa y constituirla nuevamente con mejores datos natales (en verdad, no es una noticia que me gusta dar).
En muchas ocasiones, el origen de los obstáculos comerciales se debía a que el emprendimiento comercial estaba emplazado en una dirección urbana desfavorable. En estos casos – cuando se puede – es posible realizar una suerte de «cura» con los datos de la dirección y crear una solución que compense tal desequilibrio.
Sin embargo, también he visto situaciones donde la afectación del inmueble es originada por la fecha de contratación del alquiler o renta del local comercial, en la que no hay coherencia con el propósito comercial de la empresa.
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Cuando alguien me solicita que analice una empresa constituida y en pleno funcionamiento, siempre advierto que el resultado puede implicar la recomendación de rehacer algo que esté mal configurado.
Por esa razón, suelo advertir lo siguiente:
«¿Estás consciente de que el análisis podría concluir que es mejor rehacer la empresa? Si este fuera el caso, ¿estarías dispuesta o dispuesto a considerarlo seriamente? De ser así, ¿quieres seguir adelante?»
¿Por qué esta advertencia?
Es un asunto de ética, pues se debe tener presente que cuando alguien solicita un análisis de esta índole, no es factible que sepa sus alcances y el deber del consultor es informar acerca de todo lo que ello implica.
Aprender Numerología: hazlo tú mismo
Si bien las consultas de esta índole requieren de un alto dominio técnico de todos los aspectos que están involucrados en el proceso que describí con anterioridad, no descartes la posibilidad de emprender el proceso de aprendizaje profesional que ofrezco y te capacites para abordar este y otros procesos a través de la Numerología.
Mario Liani
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